|
|
|
reloj |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Johann Sebastian Mastropiero |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
recitalŽ72 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Curiosidades del programa:
La introducción de "Chacarera de Santiago" pertenece originalmente a "Zamba de la ausencia" del espectáculo "Querida Condesa" (1969).
La letra de la "Bossa nostra" pertenece al escritor argentino Agustín Cuzzani compuesta especialmente para Les Luthiers.
|
En este recital el eje argumental ronda en los alumnos más destacados en la segunda etapa del Centro de Altos Estudios Musicales "Manuela".
(De la Primera estapa del Centro de Altos Estudios Manuela se habla en el espectáculo "Les Luthiers Opus Pí")
|
|
|
|
|
|
Primera aparición informal
|
|
Tubófono Silicónico Cromático
en "Chanson de Les Luthiers"
(intérprete: C. Núñez Cortés)
|
Notable progreso de Les Luthiers,
mucho más que un mero guiño para melómanos
Carlos Ulanovsky. La Opinión, 4 de junio de 1972.
En este recital, el grupo presentó tres novedades reconstituyentes de su flanco más vulnerable: la escasa renovación del repertorio, la repetición a ultranza de su graciosa rutina.
En la primera parte estrenaron la Chacarera de Santiago, firmada por un tal Rudecindo Luis Santiago. En la segunda, ofrecieron en primer programa, el Concierto para piano y orquesta, de un ignoto Serguei Dimitri Mpkstroff y una creación notable: La bossa nostra, cuya autoría se le atribuye al brasileño Lampinho. Incluyeron dos conocidos, efectivos retratos, el Bolero de Mastropiero y Pieza en forma de tango, de Mario Abraham Kortzclap.
Pero no solamente esto. También ofrecieron, a lo largo del excelente espectáculo, un humor de alto nivel, finamente entrelazado con la habitual sorprendente sabiduría musical. En esta compleja ciencia de hacer sonar, como instrumentos reales, a extraños objetos que no lo son, se destacaron preponderantemente en el Concierto para piano y orquesta. Pese a muy esporádicas incursiones en la veta más gruesa del humor, Les Luthiers continúan respetando una línea en donde priman los pequeños gestos, las miradas, los gags apoyados más en lo que sugieren que en lo que dicen.
No deben arrepentirse; consiguieron la aprobación de un determinado caudal de público (justo es reconocerlo) sin haber caído en concesiones.
La trayectoria de Les Luthiers está en ascenso. Maduraron como realizadores (no les resulta fácil crear nuevas obras con más asiduidad: es que cada una ya es un complicado mecanismo de artesanía musical y de puesta en escena, el caso de la Bossa nostra, una pequeña joya del género de la comedia musical) y maduraron como intérpretes. En el país no tienen competencia, y, sin exageraciones, bien podría calificárselos como una atracción de varieté de categoría internacional.
Estupenda, una vez más, la participación de Rabinovich, el punto más alto en la tarea de actuación del conjunto. Excelente el gag de López Puccio en el fraseo de la chacarera y a la altura de una buena creación de los hermanos Marx la secuencia del bandoneón que no suena, en el tango.
|
|
|
|
|
|
|
|
|
para los luthimaniaticos |
|
|
|
Han pasado por aqui 66616 visitantes |